sábado, 20 de noviembre de 2010

La poli funcionalidad en el fútbol analizada a partir de 1984, la novela de George Orwell

Hace algún tiempo habíamos hablado de 1984, una de las grandes obras de George Orwell. En aquella oportunidad la conclusión fue que los personajes del libro viven en un socialismo que, trasladado al fútbol, se puede comparar con el estilo de Carlos Salvador Bilardo. Sin ninguna duda, un libro bilardista. Después de analizar lo táctico en general ahora es el turno de ver lo que pasa con los intérpretes.

En Oceanía, el lugar donde se desarrolla la historia, cada persona tiene una función. Y no se puede apartar de ella. Así, el protagonista, Winston Smith, era el encargado de recibir la información y tergiversarla a favor de los intereses del Gran Hermano para que salga publicada en los medios. Syme, otro de los personajes, creaba un diccionario de neolengua desde el Departamento de Investigaciones. En ese sentido, se parece mucho a cualquier sociedad. Pero en el libro queda la sensación de que los personajes pasaran todas sus vidas realizando el mismo trabajo. No existe al poli funcionalidad.

En el fútbol, se discute muchas veces sobre la poli funcionalidad. Jugadores como Eduardo Tuzzio, Leonardo Ponzio o Víctor Zapata han jugado durante sus carreras en varias posiciones y se puede decir que son todo terreno. Por ejemplo, el actual defensor de Independiente puede desempeñarse como lateral derecho, primer o segundo central y en el San Lorenzo de Manuel Pellegrini, lo ha hecho también en Independiente, jugaba de volante central. Lo mismo el chapa Zapata. El volante de Vélez ha jugado como lateral izquierdo, como carrilero por ese mismo sector y ahora se corrió unos metros más al centro y comparte la mitad de la cancha con Leandro Somoza. Son jugadores que se adaptan a varios puestos para serle útiles al equipo. También pasa con Ponzio, que se puede ubicar como lateral o volante por derecha pero también un entrenador lo puede utilizar como volante central.

Una frase que usan mucho los que están en contra de la poli funcionalidad, el periodista Horacio Pagani por ejemplo, es “la heladera en la cocina, el inodoro en el baño”. Para esa gente, el modelo de 1984 debería ser aplicado al fútbol. Cada uno cumple su función y desarrolla sus habilidades para rendir al máximo en su puesto. En definitiva lo que buscan son especialistas en un rol. Sin embargo, el fútbol parece ir hoy cada vez más en busca de jugadores todo terreno. Quizás no por poder jugar en varias posiciones sino por saber jugar en toda la cancha. Xavi e Iniesta por ejemplo, figuras de España campeón del Mundo, no tienen una posición fija en la cancha aunque eso no quiere decir que no tengan una función específica. Se mueven por todo el mediocampo.

La táctica es la parte más estructurada del fútbol. Pero aunque exista un dibujo, en la actualidad los intérpretes intercambian posiciones dentro de ese esquema. En 1984 los personajes viven dentro de un sistema que no les da esa libertad. Por eso también hablamos de bilardismo la primera vez.

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