Arrigo Sacchi era el entrenador del Parma de Italia cuando, en 1987, Silvio Berlusconi, máxima autoridad del AC Milán de ese país, posó su mirada en él, como candidato para dirigir al equipo rossonero.
Ese año comenzaría, de la mano de Sacchi, la etapa más gloriosa del Milán. Pero ese equipo no sólo dejaría su marca por los títulos conseguidos sino también por su manera de jugar. La idea del DT era que su equipo fuera lo más corto posible. Por este motivo, la línea defensiva estaba compuesta por cuatro hombres que casi siempre estaban sobre la mitad de la cancha para acompañar la presión, otra de las claves del sistema, que ejercían los volantes y los delanteros por toda la cancha.
Franco Baresi era el líder de esa línea de cuatro, que tenía también a Paolo Maldini y Alessandro Costacurta recién llegados al equipo, ascendidos desde las inferiores. Además, Baresi manejaba a la perfección el fuera de juego. Esto era importante debido que quedaba mucho espacio a espalda de los defensores, por la ubicación que tenían en el campo.
Ese año comenzaría, de la mano de Sacchi, la etapa más gloriosa del Milán. Pero ese equipo no sólo dejaría su marca por los títulos conseguidos sino también por su manera de jugar. La idea del DT era que su equipo fuera lo más corto posible. Por este motivo, la línea defensiva estaba compuesta por cuatro hombres que casi siempre estaban sobre la mitad de la cancha para acompañar la presión, otra de las claves del sistema, que ejercían los volantes y los delanteros por toda la cancha.
Franco Baresi era el líder de esa línea de cuatro, que tenía también a Paolo Maldini y Alessandro Costacurta recién llegados al equipo, ascendidos desde las inferiores. Además, Baresi manejaba a la perfección el fuera de juego. Esto era importante debido que quedaba mucho espacio a espalda de los defensores, por la ubicación que tenían en el campo.
Sacchi dirigió al Milán hasta 1991. En esas cinco temporadas, consiguió ganar la Liga Italiana y la Supercopa de ese país en 1988. En el ámbito internacional, quizás es dónde consiguió los mayores logros. Obtuvo la Copa de Europa en dos oportunidades (1989-90). También en esos años ganó la Copa Intercontinental y la Supercopa de Europa para alcanzar, sumados a los dos internacionales, los ocho títulos con el AC Milán.
Esa etapa exitosa en el equipo del norte de Italia lo llevó a la Selección italiana. Allí, logró la clasificación para el Mundial de Estados Unidos de 1994. En ese certamen fue finalista y perdió con Brasil por penales, luego de empatar 0 a 0 en los 90 minutos.
El estilo de juego de Arrigo Sacchi marcó una época en el fútbol europeo. Achicar los espacios entre líneas, presionar en toda la cancha y jugar al achique para dejar a los rivales en offside fueron las características de sus equipos. Principalmente del Milán, dónde se ganó la fama de ser uno de los mejores entrenadores del mundo.
Cómo entrenador, dirigió además al Rimini Calcio, club en el que se inició como DT en 1982, al Atlético Madrid, en la temporada 1998/99, y tuvo otra etapa en el Parma en el 2000.
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