En otra publicación se habló del esquema táctico que eligió Claudio Borghi para Boca. En realidad, es el sistema que más le gusta al entrenador, que ha usado en varios de los equipos que dirigió y lo impuso en su llegada al xeneize: el 3-4-1-2.
El andar irregular del equipo hizo que las críticas se empezaran a escuchar desde temprano. Sobre todo por el flojo rendimiento defensivo. Por ese motivo, se puso en duda la eficiencia de la línea de tres para conseguir resultados en un equipo grande. Ese, no es el único problema que tiene Boca. Ahora que la defensa levantó su nivel y lleva dos partidos con la valla invicta (le ganó a Huracán 2 a 0 y empató con Independiente 0 a 0) falta solucionar la anemia en ataque. Para eso, todo el mundo Boca está esperando a Juan Román Riquelme.
En el sistema de Borghi, Riquelme es fundamental para marcar los tiempos del equipo. Además, su visión del juego permitirá aprovechar más la subida de los carrileros y abastecer con más frecuencia y calidad a Palermo y a Viatri, cosa que con Cañete, Chávez y Damián Escudero no ha pasado todavía. El puesto de enganche es clave y Riquelme es uno de los pocos naturales que quedan en el mundo. Lo sabe Borghi y por eso apuesta a él para la levantada de su Boca.
Queda claro que la pegada del 10 xeneize también será importante para poder darle fuerza al juego aéreo. Pero lo más sobresaliente es su presencia en el campo de juego, porque contagia a sus compañeros y potencia sus virtudes. Por eso, se puede ver que sin dudas Boca va a crecer cuando Riquelme retorne a la cancha (quizás lo haga en la próxima fecha ante Argentinos) y, aunque ya está lejos en este torneo, será candidato para ganar el que viene, cuando la máquina este más aceitada.
El andar irregular del equipo hizo que las críticas se empezaran a escuchar desde temprano. Sobre todo por el flojo rendimiento defensivo. Por ese motivo, se puso en duda la eficiencia de la línea de tres para conseguir resultados en un equipo grande. Ese, no es el único problema que tiene Boca. Ahora que la defensa levantó su nivel y lleva dos partidos con la valla invicta (le ganó a Huracán 2 a 0 y empató con Independiente 0 a 0) falta solucionar la anemia en ataque. Para eso, todo el mundo Boca está esperando a Juan Román Riquelme.
En el sistema de Borghi, Riquelme es fundamental para marcar los tiempos del equipo. Además, su visión del juego permitirá aprovechar más la subida de los carrileros y abastecer con más frecuencia y calidad a Palermo y a Viatri, cosa que con Cañete, Chávez y Damián Escudero no ha pasado todavía. El puesto de enganche es clave y Riquelme es uno de los pocos naturales que quedan en el mundo. Lo sabe Borghi y por eso apuesta a él para la levantada de su Boca.
Queda claro que la pegada del 10 xeneize también será importante para poder darle fuerza al juego aéreo. Pero lo más sobresaliente es su presencia en el campo de juego, porque contagia a sus compañeros y potencia sus virtudes. Por eso, se puede ver que sin dudas Boca va a crecer cuando Riquelme retorne a la cancha (quizás lo haga en la próxima fecha ante Argentinos) y, aunque ya está lejos en este torneo, será candidato para ganar el que viene, cuando la máquina este más aceitada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario