¿Qué pasa cuándo un equipo va perdiendo por un gol y, en la última jugada, el arquero va a cabecear? La respuesta es nada. Simplemente sube para tener un jugador alto en el área y para molestar a la defensa rival que, en la mayoría de los casos, no tiene un jugador asignado para marcarlo.Tácticamente no cambia el planteo del equipo. Se siguen manteniendo en el fondo uno o dos jugadores, en general los laterales (hay excepciones, por supuesto. Lo normal es que se queden los más petisos y los laterales muchas veces lo son). Por lo cual, no se gana cantidad de jugadores en el área sino que se suma altura, capacidad de salto y una preocupación para la defensa que debe decidir apurada quien toma la marca.
Además, no parece que realmente sea lo mejor. Sobre todo porque el arquero puede ser malo cabeceando, y lo normal sería que así sea. Entonces, aunque hay casos de arqueros que han hecho goles, no abundan.
Se recuerda siempre el gol de chiquito Bossio a Racing, en Avellaneda, en 12 de mayo de 1996.
Quizás uno de los últimos sea el que le hizo el arquero del Sevilla, Andrés Palop, al Shakhtar Donetsk de Ucrania en los octavos de final de la UEFA Europa League. Ese gol le permitió pasar de ronda. El equipo andaluz se coronó campeón en esa edición de la Copa. Le ganó la final por penales al Espanyol de Barcelona. El partido había terminado 2 a 2.
Hoy, es más normal ver a los arqueros hacer goles de penal o de tiro libre. En esa categoría el rey es Rogerio Ceni, el 01 del San Pablo de Brasil. Es ídolo para la torcida debido a que disputó 772 partidos y marcó 90 goles, más que muchos delanteros.
Aquí, el video del gol 90, ante Fluminense.
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