lunes, 13 de septiembre de 2010

Jugar bien es otra cosa


¿Qué es jugar bien? La pregunta tiene que ver con lo que dijo el técnico de River, Ángel Cappa, después de la victoria del Millonario 1 a 0 en el Monumental ante un Arsenal tan ordenado como amarrete. El DT aseguró que su equipo jugó el mejor partido del campeonato. Pero la realidad marca otra cosa.

Lo que si está claro es que Arsenal no jugó nada bien. Ni siquiera lo intentó. Su arquero, Cristian Campestrini, hizo tiempo desde que arrancó al partido. Si toda la imaginación que tienen para hacer tiempo la usaran para crear juego, serían el Manchester United. Demasiado poco, además, porque en el segundo tiempo le hubiera bastado con animarse un poco para convertir un gol. No supo aprovechar las limitaciones que mostró River en la marca.

Pero volviendo a la pregunta inicial, Cappa dijo que River jugó bien porque creo ocho situaciones de gol ante un rival difícil. Eso no alcanza. El planteo táctico del Millonario esta pensado para atacar siempre. Pero para jugar bien también hay que saber defender. Y el mediocampo de River defendió mal. Ni Affranchino ni Pereyra tienen marca. Menos, Ortega y, en este partido, el paraguayo Rojas. Entonces, Almeyda quedó muy solo como volante central y tuvo que hacer un desgaste enorme, cómo en todos los partidos. Tácticamente queda descompensado cuando retrocede. Y la defensa, que contra Arsenal respondió bien, tampoco es una garantía. No la pasó tan mal porque el visitante no atacó, pero contra Vélez, en la fecha pasada, se vio que cuando la atacan, tambalea.

En Arsenal, lo único meritorio fue el intento de presionar la salida con tres jugadores. Además de sus delanteros, Leguizamón y Obolo, Choy Gónzalez, que jugó de volante por la izquierda, se adelantaba unos metros para presionar a los defensores rivales. River intenta jugar siempre la salida corta y la idea del conjunto de Sarandí fue cortar el juego lo más lejos posible de su arco. En muchas oportunidades obligó al local a tirar pelotazos (sobre todo a Ferrero, muy limitado con los pies al punto de errar un pase a un compañero que tenía a tres metros y quieto). Después, la marca ordenada con dos líneas de cuatro, complicó en algunos pasajes del partido a River. No dejó muchos espacios para que Ortega pueda crear.

A la hora de atacar, a Arsenal le faltó gente. Los laterales estaban muy atrás. El único que intentó pasar en algunas jugadas fue Krupoviesa, pero en esos casos el equipo quedaba bien parado atrás con Nervo, López, Aguilar y Leiva, que de los dos volantes centrales fue el más retrasado. Nunca desordenó el 4-4-2 riguroso. El manejo de la pelota recayó muchas veces en los pies de Jorge Ortiz, que fue el doble cinco más adelantado. No es lo mejor porque el marciano no tiene tanta visión para crear. No supo aprovechar lo mal parado que quedaba River cuando perdía la pelota. La única posibilidad clara la tuvo por un error de Almayda, que le bajó la pelota adelante del arco a Leguizamón.

En definitiva, para jugar bien hay que atacar bien y defender bien. River y Arsenal hicieron el 50% del trabajo, cada uno en el rubro que se siente más cómodo. Cappa deberá pensar cómo equilibrar el mediocampo para que la defensa no sufra y Alfaro tendrá que pensar cómo hace para que su equipo juegue mejor cuándo tiene la pelota.

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